GUION DE LA NOVELA GUIONIZADA KEY OF THE FUTURE
PROLOGO
— El hermoso planeta tierra que yo, Dios, había creado vive hoy sus días más oscuros, los seres humanos que yo cree a mi imagen y semejanza han destruido por completo el planeta, así debía ser, pues le prometí a un hombre llamado Noé, al que quiero tanto como a un hijo, que no volvería a castigar al ser humano.
— En todo caso es el ser humano el que se ha castigado así mismo, provocando lo que ellos llaman la tercera guerra mundial. Me hace gracia escuchar la cantidad de tonterías que llegan a decir.
— Reclaman amor y no saben ofrecerlo, piden comprensión y no son capaces de entender al prójimo, dicen que quieren la paz en un mundo sin conflictos, pero generan discusiones sin sentido, matan y roban. Gritan a pleno pulmón que quieren un planeta verde y limpio, sin embargo, no saben ni cuidarse ellos mismos y lo que es peor, a otros seres humanos que si tratan de llevar una vida justa les destrozan su trabajo.
— Hablan también del amor libre, cuando en realidad se refieren a que les gusta fornicar con animales y niños. Además, en su estupidez intentan eliminar al sexo opuesto creyendo que no lo necesitan cuando la especie no puede existir sin la unión de ambos. Es interesante escuchar como de forma prepotente creen entender de ciencia sin haber descubierto todavía ni un 1% del universo y sin saber siquiera que Dios es la propia ciencia.
— Pero para colmo de la arrogancia están aquellos que dicen creer en Dios, en uno a su conveniencia que cumpla todos sus caprichos y les perdone todos sus pecados, tratándome a mí, al único y verdadero Dios que les dio el soplo de la vida como si fuera el estúpido más grande de la historia. Eso me enfada muchísimo, pero aun así contuve mi ira, desde los confines del tiempo y el espacio observé como poco a poco los seres humanos se encaminaban a su autodestrucción.
— Por otra parte, habíais llegado a disponer de algo de tecnología, enhorabuena, no es nada comparado con lo que yo tengo en otros planetas con otros seres humanos que sí que creen realmente en mí.
Estoy seguro de que, si vierais las maravillas tecnológicas que existen en estos mundos lloraríais amargamente de impotencia, sin mencionar que lo combinan perfectamente con un planeta limpio y verde de verdad.
— Pero hay dos cosas más que me elevan a un estado de ira inconmensurable. La primera es la manipulación de todos los libros bíblicos que dejaron mis elegidos con la única intención de ayudaros a enmendar vuestros errores, porque por ello le habéis hecho un daño irreparable a generaciones futuras, lo segundo que más me duele es ver a uno de mis queridos hijos sufrir de esta manera tan cruel.
— Uriel, mi querido hijo, tu comprendes mi dolor y has frenado mi ira, no intervendré todavía por ti, por el pacto que vas a jurarme muy pronto. Cuando me lo propongas sobre la montaña de cadáveres de ese pueblo lleno de demonios, mi reprimenda hacia ti será contundente, pues en el momento en que se forje el pacto empezará tu calvario.
— El daño que ha sufrido el planeta es completamente irreparable, los cálculos son exactos, el planeta se irá desmoronando de forma rápida y explotará en dos meses terrestres. Parte de algunos continentes ya se han hundido, y grandes extensiones de tierra están cambiando de posición geográfica. La mayoría de las ciudades son ahora escombros y algunas ya han sido borradas del mapa.
— Además, las ciudades que mejor aspecto tienen ahora mismo se ven como esqueletos derruidos y es raro encontrar algún edificio que quede medio en pie. Los seres humanos que quedan vivos desconocen que el planeta explotará en breve, además tienen el problema de que no saben cuánto tiempo les queda de sus cortas vidas, debido a que los engendros aberrantes creados con esa ingeniería genética primitiva pueden devorarlos en cualquier momento.
— Por si fuera poco, la enorme cantidad de radiación, virus y enfermedades de todo tipo que hay en el aire pueden conducirlos a una muerte instantánea o incluso mutar en algún tipo de aberración, aunque eso es como si ya estuvieran muertos, pues nada queda de su conciencia.
— Yo, Dios, lo tengo muy fácil, solo tengo que salvar a aquellas personas que son buenas y justas, da igual si son creyentes o no, tanto si creen en mí, como si no, les salvaría ahora mismo de su total destrucción, además no tendrían que morir, me los llevaría conmigo a mi planeta, el planeta de Dios, el más especial de todos.
— Pero por ti Uriel, intervendré una última vez, le daré una oportunidad más a este planeta. Serás tú pues mi nuevo apóstol, aquel que tratará de guiar a la humanidad a una nueva era de paz, te concederé tu deseo, una tregua, a ver si de verdad aprenden de una vez esos humanos y pueden salvarse más almas. Pese a que no quiero hacerlo, curaré con mi inconmensurable poder gran parte de este planeta.
— Los salvaré de su destrucción inminente, y tú, Uriel, a parte de la misión que te voy a encomendar, tendrás el papel de ser el guardián del planeta, tendrás que restaurar muchas áreas afectadas y acomodar a los seres humanos justos en la nueva tierra prometida. Aun así, Uriel, como Dios que lo ve todo, te aviso que tendrás elegidos en tu viaje que te ayudarán y que lo sepan o no ya me son completamente fieles.
— Por supuesto, no puedes escuchar todo lo que te estoy diciendo ahora mismo, ¿o tal vez sí? Ten por seguro que recordaras mis palabras en el futuro. Tienes mucho trabajo por delante, porque esta vez me encargaré personalmente de que los seres humanos se enteren de una forma u otra de la historia real que han olvidado, y serán capaces de ver cosas que nunca hubieran imaginado que existiesen, como los demonios y los espectros.
— ¡¡Ahhhh, estoy impaciente Uriel!! Quiero ver tu historia, la más grande jamás contada.
— ¡Oh, ya estás ahí! Muy pronto comenzará tu misión en la que te encontrarás con personas muy interesantes.
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